domingo, 28 de diciembre de 2014


Cecilia.

Y  pues si no lo niego tal vez lo mejor de los últimos años en la oficina eran sin duda las tardes de jueves, cuando dejaba la oficina temprano (al final de cuentas el había sido el gerente los últimos 12 años y podía hacer cosas como esa) caminaba varias cuadras por el centro de la ciudad, hasta la calle  Washintong por donde avanzaba algunas cuadras, por la calle de Washintong las oficinas se convierten en negocios pequeños y luego dos cuadras después del palacio municipal las casas se vuelven casas viejas y pobres (hay que recordar que el palacio municipal no es el primero de cuando se fundo la ciudad el nuevo data de cómo 1982, y se hiso por que según la administración de aquellos años se necesitaba un palacio municipal moderno acorde con la industrialización  de la ciudad, por eso cambia mucho el paisaje) vuelta en la esquina con la calle Almendra por donde hay mucha sombra a esa hora de la tarde y donde la brisa fresca se siente como alivio del calor de la temporada,  donde los rosales del número 1584 contribuyen con sus flores al paisaje y un olor como de altar de iglesia en época de pascua  se percibe cuando pasas junto a esa casa y al final de la calle  el teatro que lo esperaba como cada jueves.

Entraba en silencio y tomaba su lugar en los asientos de atrás, la ansia de verla hacían que se desatara la corbata y jugara con el sombrero entre sus manos, cuando los integrantes de la sinfónica pasaban acomodaditos uno a uno ella era la cuarta ò la quinta en entrar, entonces el corazón le latía mas fuerte de lo normal y comenzaba a estrujar el sombrero con las manos.

Y allá en la parte de adelante del teatro la sinfónica comenzaba a tocar, y el aislaba la estampa de ella y el sonido de su violín, y estrujaba mas el sombrero y en ocasiones el alma se le salía con cada nota. Le hubiera gustado caminar hasta ella, darle una rosa de las del número 1584 la rosa mas hermosa que pudiera encontrar,  pero no se atrevía y solo se quedaba observándola escondido  entre las sombras del teatro y no se atrevía a hablarle.

A veces creo que si se desea tanto algo, bueno según mi opinión se puede hacer realidad, en cierta forma, por que una tarde que no era de jueves, el tomaba café mientras leía el periódico en un restaurant casi hasta el otro lado del pueblo si se parte desde el teatro, y lejos de la escuela de música ò de cualquier parte donde el supusiese que se encontraría con ella (por que realmente lo único que sabia de ella es que era muy joven y linda, y que tocaba el violín en la sinfónica) el echo es que mientras tomaba café y embobado leía el periódico una tarde que no era tarde de jueves, sin que el se diese cuenta (¿que hubiera pasado si el se hubiera dado cuenta antes? Quizás se hubiera ido de aquel lugar por que no hubiera podido con la emoción de verla) la cosa es que sin que sintiera su presencia embobado en la lectura y en los sorbos de café no supo que ella estaba ahí en aquel lugar y ella se sentó en su mesa y estrecho su mano y le dijo su nombre el cual era el de la patrona de los músicos (claro estaba debí adivinarlo el pensó) y hablaron muchas cosas sobre todo de películas (aun que el no era fanático de esas cosas) pero intento contarle todas las que el había visto la mayoría eran películas viejas, algunas escenas las inventó por que su memoria no era tan buena como antes y ella se divertía con la platica y el se perdía en su sonrisa.

Y así como cuando las cosas no quieres que pasen, el rato se esfumo de inmediato al menos para el y la tarde se hiso noche  y como una amenaza, de ella salió un <esta es la última taza de café por hoy, mañana hay escuela y ensayos y un sin fin de cosas pendientes que hacer>, le hubiera gustado decirle que se quedara otro rato pero no quiso tomar el papel de rogón aun que sufrió demasiado por eso, el corazón dejo de latir por unos instantes y una especie de rencor contra el tiempo surgió dentro de su ser.

Ella busco algunas cosas en su bolso o al menos hiso como que buscaba algo, contesto algunos mensajes pendientes en el móvil, miro los ojos de el por un segundo le dedico una última sonrisa la mejor sonrisa de toda la noche, luego dejo su asiento y acercándose a el beso su mejilla con la promesa de volver a estar juntos algún día.

Y la vio alejarse cruzando una tierra de mesas y sillas y todavía la siguió con la mirada hasta que un montón de calles y de carros la desaparecieron como una maldición épica (el pensó eso como si  ese fuera el momento cúspide de todos los momentos malos de su vida) pago y se fue del lugar olvidando el periódico.

Aquel día viajo en taxi hasta su casa (generalmente camina ò viaja en autobús) mientras las luces de los establecimientos y los autos iluminaban su rostro, pensó en Cecilia y en su violín, pensó en la magia que la envuelve, pensó en la última taza de café lo que lo llevó a la última sonrisa y a la imagen de ella buscando cosas en el bolso ò contestando los mensajes del móvil, pensó en su mirada y en aquel beso en la mejilla y escuchaba la música del violín dentro de  si y aquella noche las estrellas brillaron mas en el cielo.

viernes, 3 de octubre de 2014


Por qué el mundo es mejor contigo.

Era bonita la mañana, campos verdes y el sol calentando la tierra, y las aguas de aquel río “que hermoso río”, el agua cristalina en algunos lugares donde la corriente no es tan fuerte de donde puedes beber con tus manos aquella agua fresca; y en otros puntos donde el agua  se acumula, formando partes caudalosas que en aquel tiempo luce azul, realmente reflejando el cielo, algunas aves llegan a formar sus vidas cerca de esta lugares, y emprenden el vuelo formando una especie de paisajes vivientes, que con la luz del sol no tienen competencia con ningún otro paisaje en el mundo.
¿Estaba de vacaciones? se podría decir que si, pues tenía tiempo de no dedicarme a nada en específico, y solo quería tiempo conmigo mismo, estar conmigo, tener sueños de vida paralelas que no existen, mientras observaba la corriente del río, tener recuerdos específicos que en su tiempo eran agresivos y ahora ya no lastiman, y a veces esos recuerdos me llevan a otros mejores, y luego a otras cosas y me arrancan una sonrisa y mi alma se queda en paz.
En fin en eso estaba, tirado bajo un árbol cuya sombra me refrescaba, mi cabeza recargada en las enormes raíces del árbol las cuales salían de la tierra, mis manos sobre mi estómago entrecruzados mis dedos, y las piernas cruzadas, mientras en mi boca jugaba con una paja verde de pasto.
No había nada que me hiciera despertar de mis sueños, ni de mis recuerdos.
Los rayos del sol de la tarde comenzaban a filtrarse por entre las ramas y entre las hojas de aquel enrome árbol, el sol lastimaba mis ojos por lo que egoístamente los había cerrado privándome del paisaje, susurraba una inexistente canción,  mientras masticaba la paja verde y algunas aves chiflaban sobre aquel árbol, y realmente era yo quien había invadido su espacio.
Fue cuando escuche su voz por vez primera e intente abrir mis ojos (como dijeron algún día que el cigarro cubano se fumaba con más  de un sentido, aspiras por la boca y la nariz, pero observas el humo como se eleva y eso es placentero); así quise aquella vez no solo percibirla con un sentido si no que quería verla pero la luz del sol  lastimaba mis ojos,  solo a medias veía su figura y escuchaba su voz, que era una crítica hacia mí, que reclamaba “que si iba a estar todo el día acostado bajo ese árbol mientras ella había tenido que ir a la escuela en la mañana y trabajar en el restaurant por la tarde”, y puso sus manos en su cintura mientras me culpaba de algo que lo cual  yo no tenía la culpa.  Me levante como de golpe y ella era bonita, bonitos ojos, la nariz afiladita luego supe que tenía bonita sonrisa también, pues mientras caminábamos por aquel camino de piedra junto al río  ella sonreía algunas veces, mientras yo trataba de convencerla de que no fuera aquel día al trabajo y que tirados bajo la sombra de algún árbol con la cabeza en alguna raíz, las manos sobre el estómago y las piernas cruzadas imagináramos mundos alternos donde estuviéramos juntos.
Pero ella no quiso, y a veces me hacía reír mucho cuando se negaba de mil formas a pasar la tarde conmigo.
Poco a poco el camino de piedra se fue juntando más al río, hasta que un puente por donde la gente pasaba los entrecruzó y subimos el puente que era como arco, pero de piedra y todo aquello era la antesala del pueblo con sus casa viejas del mismo material y una de las iglesias más singulares que he visto.
-Voy al trabajo lo mejor es que regreses a tu árbol a soñar solo, me dijo y yo hice una mueca en mi cara.
Y entre a la iglesia como acostumbro siempre que paso cercas de alguna que no conozco, pero a medias escuche la misa, puesto que cuando estás pensando en algo no te puedes concentrar del todo.
Cuando salimos de misa la tarde comenzaba a caer ya,  los establecimientos de aquel lugar habían comenzado a encender sus lámparas, el humo salía de algunas chimeneas, hacía frío pues era un lugar cerca de la montaña.
Decidido a encontrarla entre al restaurant aquel donde trabajaba y me senté en una mesa, un viejo atendía la barra, y una vieja andaba por las mesas  (imagino que eran pareja y los dueños de aquel lugar nunca le pregunte)  había una especie de orquesta tratando de entonar algunas canciones y como era la hora entre la comida y la cena de un día martes, no había muchos clientes.
Ella salió de la parte de atrás del lugar con un mandil y el traje típico de aquel lugar  lucia simpática, pero se hiso la desentendida conmigo y yo pensé que nuestra relación por el bosque ameritaba mas que eso y estaba a punto de decírselo cuando la vieja aquella del lugar me interrumpió, con voz molesta diciéndome que si quería comer algo y yo dije que no, que solo me gustaría tomar un café negro, a lo que ella dijo que me serviría cerveza dejándome callado por su  tono de voz y ¿algo de comer? -Pues la cerveza está bien-, pero dijo que me serviría el plato de la casa con el mismo tono de voz de antes dejándome exactamente de la misma manera que en el pasado.
Así es que algunos minutos más tarde me encontré comiendo con las manos un pedazo de carne asada en las brasas, bañada en alguna salsa muy rica pero que llenaba mis dedos y mi boca dejándome todo pegajoso, lo estaba comiendo así puesto que cuando pedí cubiertos solo obtuve una mueca de desprecio hacia mí y que la vieja me diera la espalda, dejándome ahí mirando cómo se alejaba.
Unos hombre imagino que clientes frecuentes de aquel lugar me dijeron que a ella (a mi amiga del bosque) le gustaba una canción Mexicana y que casualmente la orquesta la podía entonar y yo dije que esa orquesta no entonaba nada,  la verdad es que la cerveza era dulce y agradable pero fuerte para cuando acabe mi asado de carne yo me había tomado ya tres o cuatro tarros de cerveza y envalentonado me pare en medio de la orquesta y gritando obtuve la atención de los pocos clientes, de los viejos y de ella, y comencé a cantar una canción Mexicana dedicada especialmente para ella, aquello debió de haber sido agradable puesto que cuando termine algunos clientes reían y otros aplaudían de pie en sus mesas, los viejos sonreían mientras decían que no con sus cabezas y decían cosas entre ellos.
Ella fue la que menos se expresó hasta que con algunos platos de comida dirigidos a otra mesa se acercó a la mía, y dejándome un tarro de cerveza me dijo – esta te la invito yo, esa canción ni me gusta tonto, ¿mañana a la misma hora en el árbol?- Y yo fui feliz, y bailando me fui de aquel lugar, balanceando el tarro de cerveza de izquierda a derecha cantando la canción que no le gustaba pero que yo le había dedicado.
Al siguiente día nos vimos, y al siguiente  y luego se nos hiso costumbre vernos y caminar por aquel camino de piedra junto al río, ella me cuenta de su vida, de su familia, de cómo le va en la universidad, yo le cuento de como es mi casa lejos de aquel lugar, luego llegamos al pueblo y se aleja de mi entrando al restaurant.
A veces cuando hay tiempo bajo algún árbol que no sea donde nos vemos siempre, al final de cuentas hay muchos árboles con esas características, bajo algún árbol pasamos la tarde juntos yo me recuesto de lado para verla, ella con su cabeza sobre una raíz, las manos sobre el estómago,  y las piernas cruzadas imagina que estamos juntos en algún mundo alterno, luego yo cierro los ojos y recuerdo aquel día en que la conocí y ese se ha convertido en mi recuerdo favorito.

lunes, 14 de julio de 2014


Cuando la lluvia no cesaba de caer.

Las gotas de lluvia que caían golpenado lo vidrios de la habitación donde dormía lo despertaron, aquella pieza donde habitaba era a favor de todos los pronósticos sobre lo que serìa su vida, una pequeña pieza sencilla donde había libros regados por todos lados, una máquina vieja pero funcionando donde escribía algunas cosas, no con la intensidad de otros tiempos pero escribía todavía algunas cosas, mas que cualquier cosa narraciones de su vida tal y  como había sido sin imaginar nada, sin agregar ni quitar nada, narraciones fieles a su destino, el cual le hubiera gustado cambiar pero  nunca pudo hacerlo.
Había estado lloviendo, la lluvia habìa comenzado  tres meses antes, lluvia de toda clase, la que cae fuerte, la que arruya, la que molesta, lluvia que a veces hace feliz, en esos tres meses el sol se asomó pocas veces, movido mas por recuerdos de como son los días soleados que por otra cosa, la mayoría de las casas lucían húmedas las que habían aguantado, otras construcciones se habían venido abajo por no aguantar tanta lluvia, las calles estaban húmedas, los arroyos estaban llenos, las plantas por tanta agua comenzaban a morir y había una crisis total en el país debido a tanta agua.
El presidente junto con otros altos funcionarios habían lanzado un mesaje de consuelo, luego de activar el plan de emergencia sin número pues ya no valía la pena numerar tantos planes de emergencia, las víctimas del agua eran ya muchas y era nula la actividad ecónomica el país estaba sumido apocalípticamente en un hoyo del cual sería demasiado difícil salir, tan dificl sería que nadie se atrevía a pensar ni si quiera en una recuperación.
Obviamente esto no es el fin pensaba, pero es muy parecido a serlo, anoche volvi a soñarla y ni si quiera voy a tratar de buscar algo de esperanza en el sueño, puesto que mientras no se acerque y este tan lejana a mi aun que sea en los sueños, no creo poder encontrar algo de esperanza en esas cosas, mientras no pueda abrazarla o besarla, ó decirle que la amo con todas mis fuerzas, mientras no pueda estar con ella estos días no mejoraran y mejor así que pensar otra cosa.
¿Volver a andar por los tiempos en que ella estaba cerca de mi?, no tiene caso, no tiene sentido, ¿Qué haría yo otra vez con eso? Echarlo a perder, descubrir otra vez que no me quiere tanto como yo a ella, entonces no me sirve de nada viajar en el tiempo y aun que pudiera, no se si me atreveía hacerlo.
¿Volver a rezar? Eso tampoco tiene demasiado peso específico, pues yo rezó y rezó y mi Dios se queda estático en su cruz, indiferente como si yo no le importara.
Y es que la lluvia había comenzado el mismo día que se vieron por última vez, cuando salio del bar medio ebrio frustado por el echo de que no la vería nunca mas, las primeras gotas de esta interminable lluvia habían golpeado su rostro, es una lluvia cualquiera pensó, pero la lluvia no dejo de caer durante toda la noche y siguió cayendo al día siguiente cuando se quedo en cama y no fue al trabajo por extrañarla tanto, y luego la lluvia siguió cayendo y cayendo, se acomulo en las calles, se acomuló en los arroyos desbordó los ríos, sobre inundo las presas, y la corriente se llevó todo lo que había a su paso.
Y asi fueron los siguientes días y las siguientes semanas, en ocasiones con recuerdos de ella, recuerdos pequeños y pobres el sol se asomaba e intentaba cecar la humedad y si era de noche cuando estos recuerdos llegaban, las estrellas se asomaban y brillaban sobre la ciudad un poco, pero al final siempre volvían las nubes y la lluvia comenzaba otra vez, lentamente a caer y luego mas rápido y luego mas fuerte y nunca paraba, este ciclo interminable agradable ciclo cuando sabes que va a cesar, pero horrible cuando de tanto esperar la lluvia no deja de caer.
Recordó el último dìa cuando el sol calentó su piel y disfruto el recuerdo del sol quemando su piel las aves cantando cerca del el, cuando entonaba una canción mientras tocaba una raqueta de tenis como sifuera guitarra, la gente lo juzgaba de loco pero que mas daba el solo quería cantar aquella canción para ella cantarla muchas veces, mil veces, diez mil veces, era todo lo que el quería.
Al siguiente día hablaron de esto, le hubiera gustado cantarle su canción pero no pudo y la raqueta además no estaba tan afinada como el día anterior, luego de esto las nubes aparecieron en el cielo nubes blancas que no amenazaban pero que en el fin de semana siguiente se pusieron negras para dar paso a la mas hitórica de las lluvias de cual la gente tuviera recuerdo.
No hubo demasiado viento, solo como dos o tres veces, mas la lluvia cayó y cayó y con eso el país enteró se colapso.
Se recostó sobre el viejo sofá el cual estaba húmedo producto de una de las muchas goteras en el techo y pensó en ella, luego durmío y soño con ella, hasta que los fuertes golpes en la puerta de la pieza terminaron por volverlo de golpe a la realidad.
Eran soldados por su uniforme cubiertos de verdes gabardinas de las cuales escurría agua, estaban desalojando a la gente de los edificios viejos y el era uno de ellos, se trasladaron junto con otras personas en un camión mismo color de las gabardinas , mucha gente iba en el camíon el cual en ocasiones se balanceaba excesivamente por la cantidad de agua que corría por las calles.
Llegaron hasta un estadio el cual había sido acondicionado como refugio, toda la gente formando una fila avanzaron hacia adentro del inmueble, donde había mas gente hombres, mujeres niños, algunos recostados sobre cobijas, algunos enfermos, otros durmiendo algunos bebiendo algo caliente y otros tratando de comer los pocos alimentos que había.
Lo sentaron sobre una silla y en el reflejo de un vidrio,  vio su imagen, la barba le había crecido considerablemente y su cabello estaba sucio junto con todo lo demás de su cuerpo, le levantaron la camisa y una enfermera muy guapa de ojos azules (debío haber sido de las voluntarias extranjeras) vestida con uniforme le revisó el corazón, el pulso, y le colocó un equipo para checar la presión arterial, en todo momento le sonreía, entonces se dio cuenta que salvo por los ojos era igual a ella, en la sonrisa y en la forma de caminar Y estuvo ahí como idiotizado mirándola mientras su corazón latía fuertemente, la estuvo mirando por mucho tiempo, mientras ella hablaba con sus compañeros, con los soldados, mientras atendía a otros pacientes.
Tanto la miro, tanto le recordó a ella que  no quería hacer nada mas solamente mirarla, imaginarse que era aquella a quien amaba y no pudo ni quiso hacer otra cosa.
Pasado un tiempo la enfermera lo miro y camino hacia el, lo tomo de la mano  y asi de la mano lo condujo hasta donde había un grupo de gente observando el televisor, solo había noticias de los destrozos de la lluvia, la enfermera le colóco una frasada sobre los hombros y le ofrecio una bebida caliente, siempre con una sonrisa, en el televisor un tipo daba los pronósticos del clima anunciaba que tal vez algún día lejano el sol aparecería en el cielo pero para los próximos días seguirá lloviendo y lloviendo.
Auqel dìa era dìa de su cumpleaños.

domingo, 25 de mayo de 2014


Miedo de dejar de pensar en ti.


Estoy profundamente desilusionado de mí y de ti, ¿Cómo está eso de que hoy por la mañana cuando me dijiste que te ibas, no tuve ganas de detenerte?, o tampoco quise hacerlo. Y es que de algunos días para acá ya no te sueño desnuda sobre mi cuerpo, ya no me hace falta tu calor, y a veces echo de menos mi vida de antes de conocerte y quiero andar solo por ahí, por la ciudad donde tantas veces anduve sin ti.
Hoy mientras fumo, el pensamiento no es “el de que no quiero perderte”, más bien es el “por qué no me duele tanto si eso pasa”, quizás el declive de esto fue  el otro día en que empacaste todas tus cosas y te paraste frente a mí con dos maletas listas colgando una de cada mano y el abrigo color rosa puesto, y mirándome seriamente dijiste que no querías estar más aquí, que me dabas tu amistad, (obviamente es algo que no quiero), que no estuvo bien eso de vivir juntos sin conocernos, y que preferías buscar otra cosa diferente.
Yo leía un viejo libro de historia que encontré en una librería del centro, y mirándote a los ojos dije: ¿cómo piensas en irte? ¿Sin saber que yo te amo con todas mis fuerzas? Y tus ojos se admiraron como la primera vez que te dije que te quería, y dijiste que no se podía amar a alguien sin pasar muchos tiempos juntos y yo pensé “que las mujeres siempre dicen eso” pero no te lo dije.
Bueno la cosa es que no dijiste nada, solo te fuiste con tus maletas para la habitación y en la noche luego de andar escondiéndome por todos los cuartos de la casa para no verte, llegue a la habitación te habías dormido esperándome, y tenías el libro aquel que te regale hace meses, creo que por fin te animaste a leerlo.
Y los siguientes días fueron buenos, pues a la mañana siguiente, cuando yo esperaba ataques tuyos a mi persona, estabas preparando el desayuno, habías torcido en tu cabello una trenza y me viste con los mismos ojos de cuando te conocí.
Yo leía el periódico supuestamente y pensaba ¿quizás he sido un tonto? Que siempre quiere tener todo, acaparar los reflectores, entrar en la polémica, ¿quizás si hubiese aceptado su amistad desde un principio? ahora ella sería feliz, y yo sería feliz, todavía ayer cuando me ofreció su mano para despedirse, lo hubiese dejado así, y ahora estaría en no sé dónde y ella estaría con no sé quién y todo esto ya se hubiera terminado, pero no estaría tan gris como lo está ahora.
Y no dije nada pero la vida se me va en pensar y en pensar y ahora esto no se ha vuelto un “no quiero perderte” si no un “no quiero dejar de quererte”
Los siguientes días fueron buenos si de besos y caricias se quiere hablar, inclusive hicimos el amor un par de veces donde según yo estuve bien, pero al siguiente día  me asustaba encontrarte por la casa y como sé que casi no te gusta entrar a donde escribo, ahí me la paso todos el día y todos los días, o recorría el barrio buscando alguna historia, el mecánico me ha dicho “ingeniero” cuando lleve a revisar tu auto, hace tiempo que nadie me decía eso y un mar de recuerdos vino de pronto a mi mente.
En la tarde cuando llegue a la casa y veías televisión me senté a tu lado, y quise preguntarte sobre tu trabajo, pero tu hiciste tus muecas de desprecio hacia mí, y secamente me contestaste que “bien”, entonces otra vez llegó la guerra fría que entre los dos tenemos y yo sentí ganas de fumar y con un “regreso enseguida”, deje la casa  para huir de ti otra vez, fumaba a fuera de la tienda fumaba, y sentía como el humo penetraba en mis pulmones, yo le daba jalones grandes al cigarro quería acabarme la vida en ese rato y que se acabara fumando. Alguien conocido de ambos pero más conocida de mí que de ti, llegó hasta mi diciendo: “otra vez esta triste” señor ya deje esa vida que tiene, ya deje a esa mujer que no lo quiere, y no pierda la oportunidad de querer a alguien más y de que lo quieran, y a mí eso me duele mucho, que alguien me regrese de pronto así a la realidad, pero las últimas veces que he escuchado eso, las he comenzado a tomar más enserio y es que un revoltijo de ideas pasan por mi mente todos los días.
Hoy no estas, no sé si  por fin te has ido de la casa, no sé si cambiaras el móvil y no sé si te llamare otra vez, o si por fin he decidido a perder la memoria y no necesitarte más, pero en la tarde resolviendo un montón de cosas me atreví a llamar a los dueños de la casa, y decirles que no quiero pagar otro mes de renta y que ellos pueden comenzar a ofrecer la casa a otras personas, pues la idea de vivir aquí solo me hace pensar que son muchos cuartos para mí.
He telefoneado a mi madre y ella ha dicho que está bien, y preguntó por ti, y un “ahí anda bien” se escuchó poco convincente, puesto que tenía tiempo que no le decía nada sobre ti, y eso es muy raro en mí, y mi madre me conoce mejor que nadie, y sabe que hay algo raro, y lo peor es que como ella me dijo un día “que una madre nunca se equivoca” entonces no tengo argumentos para engañarla.
Una amiga me ha escrito que si quiero participar en una manifestación del colectivo y he dicho que sí y extrañamente he encontrado un montón de noticias sobre las malas decisiones del gobierno y eso ha terminado por irritarme como antes.
Se escucha que intentas poner el auto en la cochera, y he observado por la ventana tu rostro serio, creo que luego de mi llamada a los dueños, no tenemos casa, luego de que este con el colectivo no sé si sea 100 por 100 para ti otra vez y de repente me di cuenta de que escribía algo como antes de conocerte, creo que la guerra fría entre nosotros seguirá indefinidamente sin que ninguno de los bandos tenga ganas de terminarla, llegaste, dejaste algunas cosas sobre la mesa (creo que era comida) y besando mi mejilla dijiste que te irías adormir, yo no tengo sueño y he subido hasta el cuarto donde veo que duermes y que nada te molesta, o al menos la situación que vivimos no te molesta tanto como a mí, a veces creo que pronuncias mi nombre entre sueños y que algo te preocupa, te he susurrado que “te amo” y una sonrisa leve de esas que tanto me gustaban se ha dibujado en tu rostro.
En la sala, abro la ventana para poder fumar y el pensamiento de perderte viene a mi mente y no me duele eso, entonces comprendo que mi alma no te echa tanto de menos y como nunca en la vida siento miedo.

miércoles, 5 de marzo de 2014


Miércoles de ceniza.

De pronto me encontré cruzando las calles del centro de la ciudad, tan pintorescas y que tanto me gustan, no eran lo mismo desde la última vez, ahora aun que llenas de gente eran como que mas frìas, al menos para mi.

Lo cierto es que desde ayer no me has dirijido la palabra y ya el estar juntos, si antes se me hacia un sueño imposible, ahora  ya ni a nivel de sueño llega.

No puedo odiarte, aun y que piense que esta vida es una mierda y que tu eres la causante de que esa frase me fastidie tanto, pero como odiarte si todavía te quiero, con la mayor parte de mis fuerzas, y en la mayor parte de mi dìa.

Ni en sueños, puedo olvidarme de ti, pues siempre te apareces haciendo alguna cosa, ya se que te vea a lo lejos en algún paisaje, o inclusive hablando conmigo cosa que en la vida real no hacemos seguido, generalmente cuando eso pasa no quiero despertar pero los estúpidos gallos del vecino siempre me despiertan con sus cantos, anunciando no se que cosa, que me fastidia y he pensado muchas veces comprar un rifle y dispararles al menos al que mas canta.

No hay mucha esperanza, de cruzar las calles del centro de tu mano, o besarnos en alguna esquina, no podremos sentarnos en el patio de la iglesia mientras yo te cuento de  las tradiciones Judìas que creo tanto te llamaron la atención.

No podremos estar en algún bar escuchando música vieja, mientras tomamos cervezas, ni podremos tampoco recorrer algunas librerìas, buscando algúno que otro libro que llevarnos a la boca  (entiéndase que para los lectores llevarse un libro a la boca, es como estar ambriento y llevarse un bocado), ni podremos recorres las tiendas de ropa solo observando las cosas mientras tomamos café.

En fin, toda la gente llevaba ese dìa una cruz en su frente, esa cosa que creen que es como una especie de sacramento que hay que cumplir, un cruz de ceniza, yo pensé (y por eso andaba en la iglesia ese dìa) en ponerme la cruz y cambiar mi vida, dejar la vida pasada y comenzar una nueva sin ti, pero laverdad no me anime por la razón de no querer dejarte atrás,  y comencé a pasar mi mano por el pelo como cuando estoy desesperado.

No niego que reze frente a la virgen y pecando de egoísmo, estuve rezando por que te quedaras, creeme que tantas veces he esrito cosas como esta que comienzo a pensar que nunca te iras, que un gran día,  no se como, ni por que, estaras conmigo para siempre, bueno al menos en esta vida.

En fin (otra vez) la gente entraba y salìa de la iglesia, la iglesia es hermosa como siempre con sus toques de santuario antiguo y esas cosas que me gustan,  estaba fuera fumando a un lado de la estatua de Jesùs Marìa un hombre santo, que no es de esta ciudad pero fue obispo de aqui, y que nombre ¿no? Puro amor el hombre imagino.

En fin (otra vez como que tengo ganas de que esto termine) no se como termine sentado en la mesa de un bar tomando cerveza y ahì me pregunte por que no estabas conmigo? Cosas que hasta ahorita no me pude contestar.

Soñé un poco con que la banda sea una banda famosa, soñé un poco con  algunas construcciones antiguas, soñé un poco  con salir de viaje para no volver en mucho tiempo, pero no soñé ni tantito con estar contigo por que esa cosa como dije a antes ni a sueño llega.

En fin la gente que pasaba por la orilla del bar, la mayoría venían de la iglesia y todos tenìan su cruz en la frente, sabìas que poner ceniza en tu cabeza es símbolo de arrepentimiento  de los pecados  en la cultura Judìa?.

 Por eso no la puse en mi frente, por que desde que se que existes y que no te importo, ando vestido de saco y con ceniza en la cabeza arrepintiéndome de todas las cosas que pude hacer mal en el pasado y que hacen que Dios molesto conmigo te aleje de mi lado.